lunes, 29 de octubre de 2012

EL DÍA DE LOS SANTOS: TRADICIÓN Y LITERATURA



A) LA TRADICIÓN DEL DÍA DE LOS SANTOS EN ESPAÑA

Como todos sabemos, el 1 de noviembre se celebra en España el día de Todos los Santos. La tradición en nuestro país está integrada por tres componentes derivados del hecho de que es una festividad religiosa, una tradición y una celebración que entronca con ritos populares.

Estos tres componentes son:

  • El religioso: las familias visitan los cementerios, limpian las tumbas de sus seres queridos y las adornan con flores, especialmente crisantemos. En muchas ciudades y pueblos, los cementerios se llenan también de velas y están abiertos durante la noche.
    • Además de esto, es habitual el celebrar misas en recuerdo y homenaje a los antepasados. Al parecer, el origen de este ritual está en la creencia de que de esta manera se acortan los años que el alma del finado ha de pasar en el purgatorio.

  • El de la celebración popular: en toda celebración popular lo que se persigue es romper con  las pautas cotidianas de conducta, y por ello se come, se bebe y se baila. Todos los Santos no es una excepción, y existe una rica gastronomía vinculada a esta festividad: Los huesos de Santo, los buñuelos de viento, los Panellets o las populares castañadas que se celebran en muchas regiones, acompañando este fruto con vino dulce (en Cataluña) o sidra. Además, existen otras peculiaridades populares en las distintas regiones españolas:

    • En Castilla, en muchas zonas existe aún la creencia de que en la noche del 1 al 2 de noviembre los muertos salen de sus tumbas para asustar a quienes vagan distraídos.
    • En Zamora, concretamente, se celebra también una procesión de las ánimas por las calles cercanas al cementerio, durante la cual se reza el rosario a la luz de las velas.
    • En Galicia, los difuntos asisten a las misas que se ofrecen en su nombre.

  • El de la tradición: vinculada, en este caso, al teatro. Al parecer, antiguamente era habitual que se representaran en estas fechas obras que giraban en torno al tema de la muerte. Esta costumbre ha continuado viva, puesto que desde el siglo XVIII (1744) se representa en el día de Todos los Santos el mito de Don Juan. Primeramente, la versión elegida fue No hay plazo que no se cumpla, de Antonio Zamora, que se verá desbancada a partir de 1844 por el famoso Don Juan Tenorio, de José Zorrilla.
    • Otros motivos por los que esta obra sea la predilecta para el día de difuntos pueden ser:
      • Su peculiar escenografía: en un panteón de un cementerio, en una noche de luna.
      • La idea de que los muertos cobren vida y los vivos se relacionen con ellos de una manera natural.
      • Las ideas religiosas como el pecador arrepentido que salva su alma.
      • La presencia de temas del inconsciente colectivo, como la dualidad entre el bien y el mal, la vida y la muerte, el castigo y la recompensa, y la salvación o la condenación eterna.

B) LA LITERATURA SOBRE EL DÍA DE DIFUNTOS

Muchas son las obras literarias que se han ambientado en la noche de difuntos:
  • Poemas como Viento negro, luna blanca, de Juan Ramón Jiménez;

  • Novelas como Bajo el volcán de Malcolm Lowry ( cuenta el descenso a los infiernos de Geoffrey Firmin, cónsul, o ex -cónsul, británico en Cuernavaca, Méjico, el día de difuntos de 1938) o El árbol de Halloween de Ray Bradbury (narra, a través de la mirada y de las aventuras de Tom Skelton, una historia donde se combina, la historia de la tradición de las noches de brujas y el día de Todos los Santos).

  • Artículos críticos, como El día de difuntos de 1836, de Mariano José de Larra: cuyo paseo por un Madrid convertido en cementerio le sirve para criticar diversas instituciones, la falta de libertades y la pasividad de un pueblo al que el autor considera también “muerto”:


  • Y la archifamosa leyenda romántica de Gustavo Adolfo Bécquer El monte de las ánimas, sin duda la más conocida.


C) LA TRADICIÓN DE LEER RELATOS DE MIEDO

Menos formal que las tradiciones y rituales vistos anteriormente, es también algo usual dedicar unos minutos de la noche de difuntos a la lectura de relatos de miedo y a contar historias terroríficas.

Esa noche en que se abre la puerta que separa el mundo de los vivos y el de los muertos, en que los espíritus vagan libremente entre nosotros y las fronteras se difuminan, es el marco perfecto para acometer la lectura de los grandes clásicos de la literatura de terror de todos los tiempos:

  • Historias de vampiros: desde el imprescindible Drácula hasta los cuentos de vampiras como Carmilla (Le Fanu) o La muerta enamorada (Gautier).



  • Historias más modernas: muchas de ellas llevadas al cine, como Soy Leyenda (1954) de  Richard Matheson, El exorcista (1971), de William Peter Blatty, o alguna de las novelas del prolífico Stephen King: El resplandor, Cementerio de animales, El misterio de Salem’s Lot…

 En la actualidad, la tradición del día de Todos los Santos se está viendo cada vez más desbancada por la anglosajona Noche de Halloween. Si quieres saberlo todo sobre esta última, pincha en el siguiente enlace:


viernes, 26 de octubre de 2012

Las brujas de Salem


Los procesos por brujería de Salem tuvieron lugar en el estado norteamericano de Massachusset entre los años 1692 y 1693. Era una época de incertidumbre política, con una población sometida a impuestos exorbitantes, ataques continuos de los piratas a los comerciantes y enfermedades que causaban estragos, como la viruela. Además, sus habitantes se disputaban la propiedad de la tierra y vivían dentro del estrecho mundo evangélico: el clero administraba las leyes de Dios y de la tierra, nadie ponía en duda la creencia en lo sobrenatural y todas las desgracias que sucedían eran atribuidas a Satanás.


El origen de los juicios de Salem está en un grupo de jóvenes que se reunían en casa del reverendo Samuel Parris para escuchar las historias tradicionales de las Indias Occidentales que les contaba Tituba, la esclava del clérigo. Entre ellas se encontraban Elizabeth Parris, la hija del clérigo, y Abigail Williams, su sobrina, que quedaron tan impresionadas por dichas historias que comenzaron a sufrir ataques, con sollozos y convulsiones incontroladas.

En realidad, las jóvenes, de sólo 9 y 11 años, educadas en ese asfixiante clima evangélico, lo que hacían era manifestar un comportamiento rebelde y desafiar al mundo de los adultos con una actitud de desobediencia y anarquía: arrojaban la Biblia de un extremo a otro de la habitación, interrumpían las oraciones poniéndose a chillar y patalear… Estos comportamientos, en una sociedad tan puritana, eran considerados como obra del Demonio, y a los adolescentes rebeldes, por tanto, como seres embrujados.

La histeria se desató, contagiando a otras jóvenes de la localidad, como Ann Putmann,  que comenzaron a sufrir también ataques. Las cabecillas del grupo eran un grupo de 8 muchachas, entre los 12 y los 20 años de edad, que fueron calificadas por uno de los acusados como “ocho perras brujas”.

Muy pronto, las jóvenes comenzaron a acusar de brujería a sus vecinos, siendo precisamente Tituba, la esclava negra, la primera inculpada y la primera en declarar ante los jueces que “los espectros de los vecinos intentaban ganarlas para la causa del diablo”. A ella le siguieron aquellas personas más débiles o las que generaban más antipatía entre la comunidad: una mendiga, una tullida casada en terceras nupcias, mujeres que tenían hijos ilegítimos, etc.


El proceso por brujería en Salem se iniciaba con un interrogatorio por parte del juez, que preguntaba a los acusados sobre el espíritu diabólico con el que había firmado un pacto,  por qué hacía daño a las niñas y qué o a quién utilizaba para ello. Como con estas cuestiones no se conseguían las pruebas necesarias para poder condenar a los acusados, se dio entrada a otros medios de prueba:
-               Los ataques que sufrían las jóvenes durante los juicios, así como las predicciones que ellas mismas realizaban.
-               La prueba espectral: una víctima inocente aseguraba que el espíritu o espectro del sospechoso les atormentaba.
-               La prueba del tacto: cuando las chicas sufrían ataques, los sospechosos se colocaban en fila y las tocaban. Si se calmaban, la persona que las había tocado era bruja.
-               La tortura y la intimidación.
-               Las confesiones en cadena de los acusados

150 personas fueron acusadas durante los procesos. De las cuales sólo se procesó y condenó a muerte a 31. No ahorcaban a las víctimas de Salem por decir que eran brujos, sino precisamente por lo contrario: por negarlo, pues la confesión equivalía al indulto. Por ello, de los 150 acusados confesaron 55, con el fin de obtener el perdón.

Diez años después de las ejecuciones, los jueces reconocieron la terrible actuación del tribunal y expresaron el deseo de aceptar su responsabilidad y pedir perdón, apoyando la petición de rehabilitación para los brujos supervivientes (que seguían expuestos a la infamia y la vergüenza pública). El Tribunal Supremo ratificó la ilegalidad de las pruebas espectrales y en 1711 cambió la situación legal de 22 de los treinta y un condenados. La rehabilitación de quienes no tenían ni parientes ni amigos tuvo que esperar 150 años, y en 1957 se redimió definitivamente a quienes no habían sido incluidos en actas anteriores.

Los procesos constituyen un buen ejemplo de cómo pueden desmoronarse la mente y la voluntad bajo las presiones de la cárcel, las preguntas capciosas y las torturas y por ello se ha utilizado tanto en política como en literatura como una advertencia contra los peligros del fanatismo religioso, las falsas acusaciones y la intromisión de los gobiernos en las libertades individuales.

Para saber más: 

lunes, 22 de octubre de 2012

El mito de Lilith


Lilith, de John Collier
Lilith es el nombre dado por el Talmud (que recoge la tradición oral judía)  a la primera mujer de Adán, madre de gigantes y demonios, que según las leyendas rabínicas no quiso someterse a su marido y lo abandonó para vivir fuera del Paraíso.

Según esta tradición, Lilith fue hecha de barro, igual que Adán (pero de inmundicia y sedimento, según afirma R. Graves en Los mitos hebreos, de 1998). Cuando abandona el paraíso, se retira a una cueva donde encuentra demonios y da a luz niños demoníacos.

Dios envía a tres de sus ángeles en su busca, y estos la amenazan con que cada día morirán cien de sus hijos si no regresa con Adán. Pero Lilith se niega a volver, pronuncia el nombre mágico de dios y, por ello, es maldecida, convirtiéndose en demonio y retirándose a vivir al mar Rojo. Lilith se convierte entonces en una diablesa vengativa y feroz que atormenta a los hombres, seduciéndolos mientras duermen y haciéndoles emitir semen, con el que procrea monstruos que la ayudan a cometer sus fechorías. Además, se vengará del castigo divino estrangulando niños humanos. En la tradición cristiana, Lilith fue eliminada del Genésis, aunque podemos encontrar en él algunas contradicciones muy significativas que parecen aludir a esta primera esposa de Adán

Pero no nos encontramos ante un mito exclusivo de la tradición judía. Los primeros datos al respecto se ubican en una tablilla sumeria del año 2000 aC hallada en Ur, que contiene el relato de Gilgamesh y el sauce. En él Lilith aparece como un demonio hembra que habita en un sauce en la ribera del Eufrates, custodiada por la diosa Anat, y su nombre parece estar vinculado a tres conceptos: lujuria, el desenfreno y la noche.

Lady Lilith, D.G. Rossetti
En la tradición árabe aparece vinculada al Gul, demonio femenino que frecuenta de noche los cementerios en busca de alimento, devorando a niños a los que persigue y asesina (Las mil y una noches, noche 5). En la griega, la Empusa es un demonio femenino equivalente, que visita a los hombres dormidos, acostándose a su lado para morderlos, beber su sangre y provocarles así la muerte. En la latina, la Lamia, amante de Zeus cuyos hijos son asesinados por Hera. Eso la llevará a vagar de noche, sedienta de sangre, en busca de algún niño que desangrar.

En todas estas tradiciones Lilith va asociada a los demonios femeninos o súcubos, cuya principal función es seducir a los hombres. A partir de la segunda mitad del XIX, cuando se impone un nuevo modelo de mujer, tan bella como perversa, tan voluptuosa como cruel, tan sugestiva como astuta, que debe su eclosión tanto a los sentimientos de temor masculinos ante el avance del movimiento feminista como a la fascinación por lo morboso y prohibido en oposición a lo común, lo cotidiano y lo vulgar, el mito vuelve con fuerza y se instala en el arte y la literatura. Lilith, la mujer caída, símbolo de la perdición, del mal y la muerte, guardará desde entonces una estrecha relación con el mito de la femme fatal, simbolizando una morbosa seducción por el sexo y un obsesivo temor por sus atractivos.

Si quieres saber su conexión con el vampirismo y conocer otras historias sobre vampiras, pincha aquí:


domingo, 21 de octubre de 2012

Los poetas malditos


Arthur Rimbaud, poeta maldito por excelencia

El término de poeta maldito se acuña en el siglo XIX, siendo Alfred de Vigny el primero en utilizarlo, pues en 1832, en su drama Stello, habla de los poetas diciendo que son “la raza que siempre será maldita para los poderosos de la Tierra”. Sin embargo, el concepto como tal tiene realmente su origen en unos versos de Baudelaire, en el poema Bendición, que encabeza su libro Las flores del mal (1857)

El primero en utilizarlo fue Verlaine, quien en el año 1888 publica con ese nombre un libro de ensayos con el que quiere homenajear a seis poetas:  Tristan Corbière, Arthur Rimbaud, Stéphane Mallarmé,  Marcelin Valmore,  Auguste Villiers y "Pauvre  Lelian", anagrama del propio Paul Verlaine.

A partir de ahí, el término se fue generalizando y pasó a designar a todos aquellos artistas (de cualquier ámbito) que se consideran marginados de la sociedad, que tienen talento, son provocativos y viven enfrentados a la sociedad.

¿Cuáles son, por lo tanto, las características que ha de tener un poeta maldito? Hay cinco rasgos fundamentales:
  1. Estos artistas abusan del alcohol y las drogas, están vinculados a la locura, el crimen y la violencia, a toda conducta que se oponga a la norma social establecida en la época. Llevan, por tanto, una vida bohemia, opuesta a los valores burgueses y al materialismo.
  2. Realizan un arte libre y provocativo, alejado de las normas establecidas, en el que incluyen temas considerados tabú por la sociedad.
  3. Su obra tiene una difícil interpretación poética, pues son textos herméticos, plagados de metáforas y simbolismos.
  4.  Muy a menudo sus vidas acaban trágicamente, con muertes prematuras.
  5.  Son artistas incomprendidos, cuyo talento no es reconocido en vida, sino que se hacen famosos póstumamente.
Los poetas malditos de la bohemia parisina 
retratados por Henri Fantin Latour en 1872
¿Y quiénes son los poetas que por compartir dichas características han pasado a la posteridad con la etiqueta de poetas malditos

A pesar de que, como hemos visto, el término se acuña a finales del siglo XIX y va a estar vinculado, principalmente, a los escritores de la bohemia parisina,  hay que considerar como el primer poeta maldito a François Villon, escritor del siglo XV, ladrón y vagabundo, que escribió su principal obra (La balada de los ahorcados) desde la cárcel, donde estaba condenado a muerte. Al final la pena se le conmutó por el destierro de París, y no volvió a saberse nada de él.

En cuanto a los llamados bohemios, autores adscritos a los movimientos poéticos que se desarrollan en Francia a finales del siglo XIX (el parnasianismo, el simbolismo y el decadentismo), destacan con nombre propio: Charles Baudelaire, Paul Verlaine Arthur Rimbaud.
Pero la nómina de poetas malditos no se acaba ahí, es sumamente amplia, pues además de los citados es frecuente ver este término asociado a escritores como Antonin Artaud, el conde de Lautremont, Gerard de Nerval, John Keats, Óscar Wilde o el mismísimo Edgard Allan Poe. En España, autores como Leopoldo Panero, Alejandro Sawa y Luis Cernuda.

El concepto de poeta maldito se ha extendido también al mundo del rock, vinculada al tristemente célebre Club de los 27, que aglutina a una serie de músicos, consumidores habituales de alcohol y drogas, fallecidos a esa edad, muchos de ellos en extrañas circunstancias: Janis Joplin, Brian Jones – de los Rolling Stones-, Jim Morrison, Jimmy Hendrix, Amy Winehouse y Kurt Cobain representan perfectamente la figura del artista cuya vida se consumió antes de tiempo y que ha pasado a ser leyenda.

Para saber más:

Comienza el viaje

Tarde de domingo. Lluviosa tarde de otoño, de esas que cargan el alma de melancolía y transmiten al espíritu sensible el deseo de disfrutar de los versos, del arte, de la música... de todo aquello que logra conmover la parte más inmaterial de nuestro ser. Es en este clima donde nace este nuevo blog que, como su nombre indica, tiene mucho de literario, pero del que espero sea también mucho más que literatura.

En este nuevo espacio recién creado os iré mostrando poco a poco los rincones que conforman mi biblioteca (y, ¿por qué no?, buena parte de mi mundo), hablaremos de música, de mitología, de fantasía y también de misterio, de leyendas, de tradiciones y también de viajes. Porque eso es en definitiva este nuevo espacio: un viaje que emprendo junto a todos vosotros, pues espero y deseo vuestra compañía.

Bienvenidos, bien hallada.