martes, 8 de enero de 2013

El tema del sueño en la literatura


La tradición literaria ha hecho uso del tema del sueño desde tiempos inmemoriales. Si nos vamos directamente a los orígenes de la literatura, vemos como ya en los primeros textos se recurre a este motivo:

-          En la Biblia el sueño es concebido como un don divino: muchos oyen en sus sueños la voz de Dios. Pero quizá el más importante de todos es el que aparece en el Génesis: Dios infunde el sueño a Adán y cuando este se despierta se encuentra con que le han creado una compañera, Eva, iniciándose así la humanidad. Según este concepto, el ser humano procede de un sueño de Dios, y nos hace plantearnos una pregunta: ¿dejamos de existir cuando Dios deja de soñarnos?
o        Otros sueños bíblicos: a José se le anuncia así que el hijo de María ha sido obra del Espíritu Santo.

-          En la tradición griega, el tema de sueño es de gran importancia, tanta que va a tener su propio dios, Hipnos, encargado de inspirar a los seres humanos en sueños (a través de su hijo, Morfeo, que es quien los dirige) y susurrarles también obras y poemas. Es una segunda concepción de la función del sueño también de larga tradición: muchos autores de todos los tiempos afirman que sus obras son producto de sus sueños. (Ejemplo: Stevenson afirmaba que su Jekill y Hyde había nacido en un sueño, en el que había encontrado también la clave de la dualidad bien/mal en el ser humano).
Esta idea de los dioses protectores del sueño se da también en otros pueblos de la Antigüedad, como los egipcios (el dios Bes), hindúes (la diosa Parvati) y mesopotámicos (Nanshe).


En la tradición persa y árabe, una de las obras más importantes es Las mil y una noches, en muchos de cuyos cuentos se trata este tema, que se nos muestra como una imagen de la realidad, como un juego de espejos en los que ésta se verá reflejada y que nos impide ver lo que tenemos a nuestro alrededor: El sueño del mercader (un hombre de El Cairo sueña que su fortuna se encuentra en Ispahán), El sueño del campesino (o cuento del durmiente despierto, en el que un rey y un mendigo intercambian sus papeles y el segundo cree que todo ha sido un sueño).

Llegamos de esta manera a la Baja Edad Media, donde el tema será tratado por autores tan dispares como Don Juan Manuel (El conde Lucanor: De cómo la honra de este mundo no es sino como sueño que pasa) y Dante: en el Canto Primero de la Divina Comedia se nos presenta al poeta soñando: el sueño es aquí sinónimo de perdición, de extravío, de desorden, de ignorancia. Dante ha perdido el camino recto y se encuentra dormido en la selva-error (pecado). El sueño, por lo tanto, señala la pérdida de dicho camino, y es consecuencia de la pérdida de la inteligencia, la prudencia y la sabiduría.


Oberon y Titania. Arthur Rackham
Pero, sin duda, uno de los momentos en los que el sueño va a cobrar un protagonismo especial en la literatura y en el arte es en el BARROCO. Veámoslo a través de dos obras:

o        El Sueño de una noche de verano tiene una estructura onírica, en la que el mundo real de los amantes nobles y los artesanos cómicos se mezcla con naturalidad con el mundo mágico de las hadas y los duendes. Puck, por orden del rey Oberón, utiliza un filtro mágico que hace que aquel en quien se aplica se enamore locamente de la primera criatura viva que sus ojos vean, creando un juego de confusiones amorosas entre los personajes de la obra. Cuando todo vuelve a la normalidad, creen que ha sido el fruto de un sueño. La misma idea la recogerá siglos después Lewis Carroll, tanto en Alicia en el país de las maravillas, como, sobre todo, en su continuación Alicia a través del espejo, en la que retoma también la idea del personaje soñado y la confusión entre realidad y ficción.

o         Y la misma idea la recoge Calderón de la Barca en La vida es sueño, que es quizá la obra que mejor representa el concepto barroco de este tema, que irá íntimamente unido al del paso del tiempo, a la fugacidad de una vida de ficción que el tiempo se encargará de destruir, una vida que no es sino un sueño cuyo despertar es la muerte (pesimismo barroco de herencia medieval). Calderón plantea esa dicotomía barroca entre la vida terrena y la vida celestial en la que la primera queda asimilada a un sueño del que sólo despertamos al morir. Lo real es, por tanto, la muerte, la existencia ultraterrena, y la vida es asimilada, por el contrario, a la irrealidad del sueño, de tal manera que se invierten los términos de nuestra percepción cotidiana: la vida es muerte y la muerte es vida. Esta idea  nace probablemente del mito de la caverna de Platón: la vida, el mundo de la representación es lo falso, lo puramente aparencial, frente al mundo verdadero que está siempre más allá.


El sueño de la razón produce monstruos. Goya
Tras el paréntesis ilustrado en el que la Razón se impone al sentimiento y encorseta la realidad, el sueño volverá con fuerza en el siglo XIX de la mano del Romanticismo. Los escritores románticos quieren romper los límites de la realidad y volar hacia las regiones infinitas de la imaginación y de la fantasía, y uno de los principales procedimientos para conseguirlo va a ser el recurso al sueño y a la visión o ensoñación, dos estados próximos por lo que suponen de alteración de la consciencia pero que presentan algunas diferencias:

  • El sueño se produce cuando se duerme.
  • La visión o ensoñación se produce mientras se está despierto, pero en un estado crepuscular producido por el alcohol, las drogas, el cansancio extremo y otras causas que favorezcan la relajación mental (nos conduce a la idea del artista inspirado, propia de los decimonónicos poetas malditos).

El sueño puede ser catalogado como una “visión buena” y pasa a ser, en el romántico, sinónimo de lo deseado: por ello, la literatura romántica se llena de sueños de amor y gloria. La visión, por el contrario, tiene que ver con las pesadillas o sueños malos, y por eso se va a relacionar con el horror y la muerte, acompañándose de espectros, fantasmas, demonios e imágenes infernales.

Pero el sueño romántico va mucho más allá que todo eso, puesto que para ellos las fronteras entre sueño y realidad se difuminan al tiempo que se unen al concepto de “creación poética”. El sueño se convierte así en un vehículo perfecto para adentrarse en el mundo interior en busca de la poesía, que se encuentra oculta entre los entresijos de un mundo confuso y caótico. Bécquer es el primer autor que abre en España el camino del sueño como instrumento que permite al poeta bucear en ese mundo:

"Me cuesta trabajo saber qué cosas he soñado y cuáles me han sucedido; mis afectos se reparten entre fantasmas de la imaginación y personajes reales."

En esta potenciación del sueño Bécquer coincide con otros autores como Hölderlin (“El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando piensa”) o Novalis, que lo convierte en uno de los temas fundamentales de su inacabada novela Enrique de Ofterdingen, donde se retomará el papel premonitorio de los sueños, tan tradicional en la literatura.
Fauna in La Mancha. Vladimir Kush

El romanticismo anticipó así la exploración del subconsciente a la que pretenden llegar los artistas más representativos de las vanguardias del siglo XX, fundamentalmente los surrealistas. André Breton, autor del manifiesto surrealista, consideraba que el artista debe escapar de la lógica opresiva de la vigilia, dando vía libre a los sueños, pues sólo así logrará liberar la imaginación y conseguir una creatividad ilimitada. Por ello, los surrealistas proponen escribir al dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajenos a toda preocupación estética o moral y lo suficientemente rápido como para no caer en la tentación de releer lo escrito. Para acceder a ese mundo del subconsciente, se emplearán diversas técnicas, como la escritura automática, el collage, la hipnosis o la transcripción de sueños.


Si quieres saber más sobre el mundo de los sueños, desde distintas perspectivas, pincha el siguiente enlace: 

18 comentarios:

  1. ¡Me encantó esta publicación! :D

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  2. Muchísimas gracias. La verdad es que es un tema apasionante y muy fructífero, esto es sólo una pequeña muestra para que sirva como acercamiento.Me alegra que te haya gustado tanto :)

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  3. soy profesora y pensaba hablar de este tema con mis alumnos. hace algunos anos lo traté a través de la literatura y de las canciones inglesas. ahora pensaba tratarlo en espanol. gracias por tus ideas maravillosas.

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  4. Muchas gracias a ti por tus comentarios. Yo también soy profesora, así que si navegas un poco por el blog verás que hay contenidos didácticos que pueden serle de utilidad también a tus alumnos, sobre todo en el tema del comentario de textos, que tanto les cuesta. Un saludo, colega de profesión :)

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  5. 2015 y esto es la meor publicacion acerca de este tema felidades :"D

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  6. ¡Hola! Una publicación muy interesante. Justo necesitaba buscar información para introducir la temática de los sueños en mi pequeño taller de lectura en la escuela y este me parece el más adecuado, ya que es bien explicativo y agradable. Muchas felicidades por armarlo :)

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  7. me ha servido de gran ayuda

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    1. Me alegro mucho de que te haya servido, muchas gracias por tu visita :)

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  8. Esta es una excelente entrada. Es una lástima que haya encontrado esto cinco años más tarde. Supongo que todo llega en el momento preciso. En temporadas personales en las que hay mucho silencio y anhelo de calma, descubrir estos rincones en la virtualidad es un gran alivio. Me interesa mucho la pluralidad de figuras, o imágenes, obtenidas de los sueños y cómo estas se reflejan en diversas manifestaciones del lenguaje como la literatura y el cine.

    Un muy bello trabajo. Continúes o no con el blog, te deseo una buena vida. Has alegrado a una persona.

    Un saludo.

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  9. Lindo texto, lindo tema, gracias

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  10. Hola, me gustó mucho tu entrada. Me interesa mucho el tema y quisiera saber la bibliografía que usaste para este tema o tus referencias, porfa.

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    1. Hola, disculpa la tardanza en contestarte, aunque me temo que no te voy a poder ayudar mucho: en esta entrada no he usado una bibliografía específica, sino conocimientos propios y lectura directa de las fuentes que cito (El Conde Lucanor, La Divina Comedia, etc.). Un saludo.

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  11. Gracias Yolanda, esto me viene muy bien.

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